Descripción
José María Silva, inagotable ilusionador de verbo fácil y juerga sencilla e inmensamente profunda y atávica. Sus vientos impulsaban nuestra nave por calles, patios, eras y corrales Sus cuerdas seguían sosteniendo nuestros desmadejados cuerpos tras danzas interminables. Sus redobles marcaban el latir de la fiesta desde la montaña al llano, desde el amanecer al ocaso. Sus versos y sus coplas espantaban la tormenta y calentaban el corazón en verano y en invierno… Y lo siguen haciendo a quienes tuvimos la suerte de compartir lugar y fiesta con Silva.
Nuestro homenaje a este Dulzainero de campos, a este Alma de Cántaro, a esa Vida en banda ancha. Su dulzaina sigue tocando el cielo.
» Todo lo cría la tierra, todo lo vence el amor «